Voy a ser breve... resumiré mi idea de hotel:
Un hotel es una caja de sorpresas. Al entrar por la puerta, se convierte en un gran escenario en el que intervienen muchos actores. Más de una vez hay que improvisar, dejar lo que estás haciendo y actuar con rapidez y seguridad.
En toda obra de teatro llega el momento de bajar el telón y mi telón baja mañana viernes. Atrás queda este mes, pero me queda esta gran experiencia.
En toda obra de teatro llega el momento de bajar el telón y mi telón baja mañana viernes. Atrás queda este mes, pero me queda esta gran experiencia.
Estos días han pasado volando y solo me quedan un par de tardes para acabar mis prácticas en el "Beach Hotel"... ahora que me iba haciendo amiga del programa de reservas...
Pieza fundamental del hotel: el/la RECEPCIONISTA. Con tres compañeros diferentes he compartido jornadas. De ellos he aprendido que hay que ser eficiente, resolutivo, paciente, con don de gentes, saber idiomas, servicial...vigilante, niñera, meteorólogo, "google", electricista ... Aunque cada uno trabaja de una forma diferente, bien está lo que he podido aprender durante este tiempo. Cada jornada algo nuevo, no he tenido momentos para el aburrimiento y siempre he estado haciendo algo.
Las mañanas han sido más amenas porque había más movimiento en el hotel. El sonido de los walkies matutinos, era un no parar... Ya por las tardes, entre el ir y venir de los clientes también ha sido entretenido y con bastante trabajo.
Mi "Beach Hotel", es un hotel de 3 *** justo enfrente de la playa. No es muy grande, pero es muy acogedor y familiar. Los clientes son en su mayoría gente que se aloja allí por trabajo y sobre todo clientes, tanto extranjeros como nacionales, que vienen a pasar unos días de descanso.
Tengo que reconocer que en muchas ocasiones me he visto saturada por la llegada de varias personas a la vez, con llamadas entrando y por otro lado un cliente que no le funciona la llave o unos clientes ingleses que quieren que les indiques como ir al centro de Alicante o el camarero pidiendo el rack de restaurante... sobre todo los primeros días. Nunca falla, después de momentos en que no hay movimiento, de repente... pasa de todo, pero lo he afrontado, sin esconderme, respirando hondo y fijándome como actuaba el recepcionista con toda profesionalidad. En este caso éramos dos, había que mantener la calma y prestar un servicio lo más profesional posible, pero si se está solo las cosas una a una. Los clientes son conscientes de la situación o por lo menos la mayoría. Y es cierto, hay que dominar la situación y no que la situación te domine a ti.
Una vez terminada esta etapa, empezará otra, pero esa ya será otra historia...puedo decir que he sobrevivido!!
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